natural born killers
Wednesday, July 13, 2011
hoy por hoy
sí, amigos, regresamos de la misión como sólo se puede hacer en estos casos: hechos polvo. pero sabemos que es normal. es muy difícil no acabar así cuando el hímen de la normalidad se vuelve a cerrar. pero ya está roto otra vez, y vaya gustito. al final, planchamos los trajes, las camisas, los chalecos y las corbatas pero acabamos investigando de paisano, por la estación que corre y sobre todo, porque habríamos llamado demasiado la atención con nuestro uniforme. la cosa tenía que ser menos seria de lo habitual, así que decidimos empezar desde los calcetines. somos gente rara. aunque eso ya lo saben. así que nos plantamos en la cadena ser con nuestros atuendos veraniegos y con las magnums rebosando por los cuatro costados. cinco, porque tuvimos la suerte de que nos acompañara un buen amigo civil que cargó, descargó, hizo fotos, vídeos y todo lo que pudo. el típico amigo que todo el mundo quiere tener. así que subimos a la octava planta, el número de la bestia. por suerte, dejamos la bestia a un lado sin un rasguño, y entre pasillos y esquinas, siempre con la pipa a la altura de la cara, sujeta por ambas manos, el dedo en el gatillo - y no hablamos de esos animalitos que te dan y te quitan la vida. con mucho cuidado llegamos al estudio donde se iba a producir el crimen. donde íbamos a perpetrarlo nosotros mismos. dexter nos ha mostrado un nuevo camino. el del madero/asesino. nos va que ni pintado. y aunque no es el primero de nuestros crímenes, lo es siendo nosotros mismos los comisarios, así que esperamos que nadie lo descubra, por lo menos mientras que a el mundo o a mercedes milá no les dé por el periodismo de investigación. pero como somos criminales principiantes, en este acto de delincuencia no lo hicimos en solitario, al abrigo de una habitación plastificada, sino que lo hicimos con toda la banda., incluido un bajista, que resulta ser a la vez colaborador musical del programa que nos encargó el muerto. un crimen de lo más poblado. aquí lo tienen, ya ven que hemos aprendido poco de dexter y su decálogo. el nuestro se parece más al de los corruptos nacionales, que es justo el contrario del rock: más es menos. eso sí, tuvimos que repetirlo varias veces. la que muestra este informe es bastante escandalosa, pero al final lo hacíamos casi sin sangre. y como somos amateur pro pero muy limpios, lo poco que quedó lo recogimos muy bien, así que la sintonía que escuchen en las ondas está bastante adecententada.