Los tipos duros también bailan
Publicado por Caniche March 3, 2008 en Discos, MúsicaHarry Callahan, el ya mítico personaje creado por Clint Eastwood, poseía una extraña dualidad: ¿loco o valiente? ¿héroe o bandido? Probablemente todo a la vez. Resulta cuanto menos curioso cómo en el plano del rockanrol (sic) nacional puede decirse lo mismo de la banda Clint, cuya imaginería está tan inspirada en aquel duro agente de la ley. Y es que hay que estar muy loco para tirarse al ruedo del rock y el pop en este país con una propuesta exclusivamente instrumental. Sin ser Luis Cobos, of course…
Hoy se edita oficialmente el segundo disco de estos Harrys, y esta vez es a lo grande. Dejando a un lado la timidez de minutaje de su debut (el celebrado ‘Alégrame el día’, publicado en 2005 también por Siesta), ‘Los tipos duros también bailan’ (homenaje al librazo de Norman Mailer con premeditación y alevosía) es ya todo un señor largo que confirma una de las más sólidas y personales propuestas de nuestro pop. En los tres años que separan la edición de ambas obras, y dejando aparte aquel anuncio-de-telefonía-móvil-con-Alonso-de-por-medio, Clint, tras girar por toda la nación con su debut por bandera, se embarcaron en una propuesta para musicar películas clásicas de cine mudo junto con otras bandas del indie nacional. Las obras serían interpretadas en vivo con la proyección simultánea de los filmes en un festival. Clint eligieron ‘Berlin: Sinfonía de una ciudad’, de Walter Ruttman. La obra fue interpretada en tres ocasiones con gran éxito y lograron momentos realmente intensos, quizá ya irrepetibles. Gran parte de ese score forma ahora parte de este álbum en forma de canciones junto con temas nuevos y una versión, una de sus sanas costumbres.
Tirando de referencias clásicas (conocida es la aversión de estos cuatro tipos a las moditas que vienen y van) y situados siempre en un contexto cinematográfico, logran el milagro: divertir, entretener y emocionar sin necesidad de abrir el pico. Ya sea en el cinemático cha-cha-cha del tema que titula el cedé, en las guitarras surferas de ‘Rockanroleza muerta’, en la intensidad canadiense de la gran ‘Canción muy manipulada’ (¿quién dice que no podría estar en cualquier disco del sello Kranky?) y hasta en la versión jazzy de ‘Il Padrino’ de Nino Rota (con esos estremecedores y difusos susurros de Las Clinettes), Clint sorprenden y convencen porque suenan siempre a algo diferente: a Clint. Tamaña hazaña está al alcance de muy pocos, y la coronan por todo lo alto, con un final de disco mayúsculo. En ‘Se valora el silencio’, probablemente la mejor canción que han escrito, ponen la gallina en la piel con unos arreglos de cuerda y viento para enmarcar. En ‘Ocaso y funeral de Morris’ sacan lustre a uno de sus géneros favoritos, el spaghetti, condensando todo un (bellísimo) score en menos de cuatro minutos. Y acaban con uno de sus más celebrados números en directo, bautizado ‘Negro zaino derrotando en tablas’, que para mí condensa toda la esencia de Clint: un rock fronterizo de El Paso baila un vals con una chanson parisina y acaban su apasionado idilio viendo una corrida de toros en Jerez de la Frontera. Olé.
En una próxima entrevista les sonsacaremos sobre cómo coño consiguieron que Constantino Romero (la mismísima voz original del doblaje original del Harry Callahan original) les haya hecho esas imponentes entradillas. En tanto que eso ocurre, compren y vibren, amigos. Y el que pueda que disfrute de su enorme chou en vivo con la presentación del disco mañana a las 19:30 en el Centro Cultural Julio Cortázar de Madrid. Que es gratis, señora…
Calificación: 8/10Temas destacados: ‘Se valora el silencio’, ‘El hombre que apuntaba a todo’, ‘Rockanroleza muerta’, ‘Canción muy manipulada’, ‘Negro zaino derrotando en tablas’
Te gustará si te gusta: Calexico, Morricone, Rota, flipar con la música mientras conduces