de vuelta de la convención de policías modernos, y cuánto policía. montones de ellos: unos, los de verdad, pegando a los pobres de la plaza, los otros, desertores paseándose entre otros miles con un montón de complementos. había tantos que se echaba de menos algún ladrón con su camiseta de iron maiden, con sus yumas y su cardado. aunque si lo hubiera habido, habríamos creído que era el típico secreta. por aquí, por allá. nosotros intentamos ir a las charlas de los menos interesantes. estuvimos con el comisario matthew dear, y con ese traje, ese tipo y ese rollito, nos convenció total. papas fritas también, aunque sólo fuera pura nostalgia. de lo demás, vimos sólo ratos, canciones sueltas, así que seremos de poca ayuda. estamos mayores y cascados para estos trajines, amigos. estamos por empezar a soltar bilis, pero, para qué. eso sí, nos encontramos a uno de los guitarristas que tocaban con howe gelb en el despropósito madrileño y así se lo hicimos saber. no tuvimos que enseñarle las esposas, ni la pipa, la cosa no llegó a nada más que a unas palabras. y ya imaginan que de eso no gastamos muchas, a no ser que sea por los dedos.
