Tuesday, May 10, 2011

back to life

hola, amigos, amigas, ya estamos de vuelta con algún kilito de más, justo los que pesa el cinismo que nos gastamos. y son unos kilitos agradables de llevar, porque da gusto comérselos de vez en cuando, así, en crudité, o a palo seco, como solemos decir por este pueblo grande. una experiencia religiosa, como decía ese. no sabemos si hemos hecho un disco, pero les aseguramos que nos lo hemos pasado de primera categoría, sobre todo después de la paliza de paquistán, ya han leído los periódicos. sí, fuimos nosotros. el caso es que después de la tensión de la caza estuvimos haciendo un poco de música para desengrasar, para limpiar la conciencia y quitarnos el regusto de la victoria, que te hace vulnerable. por supuesto, funcionó. nada como empuñar unos instrumentos para darse cuenta de que es mucho más fácil acertar a cincuenta metros con la pipa. enfrentarse a la máquina es mucho peor que estar delante de la guardia de bin laden, suponemos que aún somos demasiado humanos, o simplemente que deberíamos ensayar más. afortunadamente teníamos a guy fixsen manejando esta operación, y la verdad es que no hay nada mejor que dejarse llevar, donde te quieran llevar. no nos fuimos muy lejos, lo justo para que todo fuera más raro, más interesante, más clint. esperamos haberlo conseguido, aunque ahora mismo no nos preocupa tanto. lo peor ya está hecho, hemos ganado a la máquina, o al menos ella no ha podido con nosotros, y un poco más y la asfixiamos a base de pistas de sonido. después del verano llega el momento de la alegría o del lamento, del fracaso o de la discreta aceptación. ya sabemos que hacemos música para ascensores, ahora, cuando entren en uno a partir de septiembre, dejen sitio a su alrededor por si se les van los pies con el rockandroll.


este es nuestro enemigo nº 1 y no el barbas. inmaculado, limpio, nos faltó poco para liquidarlo, por menos nos hemos cargado a otros desarmados.