amigos, qué rara es la música. unas veces te pone los pelos de punta, y otras, te da ganas de levantarte y largarte a hacer cualquier otra cosa que no sea soportar esa tortura. que es justo lo que nos pasó ayer al final del concierto de m ward. un tipo genial, un músico excepcional, pero que por la manía de alargar un concierto que costaba una pasta, se sacó al escenario a su colega howe gelb y su banda de gitanos. qué forma de cargarse el let's dance de bowie, el concierto y el sabor de la boca que teníamos. qué espectáculo para turistas, qué session tan poco jam, con tan poco groove, tan improvisada que daba apuro oír el resultado. y nosostros pensábamos en lo mal que lo debía estar pasando el pobre matt, tan poco dado a este desfase. pero la verdad es que no lo parecía, aunque tampoco nos quedamos para ver el resto del despropósito. con lo que nos gustaba el gelb de chore of enchantment, soberbio, desértico, esquelético. no sabemos qué tiene el flamenco, que es como el humo negro de lost, lo que toca, se lo carga. todo menos a lagartija nick. por algo será.
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