habíamos cogido la carrerilla de la actualidad, amigos, comentándola como si tuviéramos una cámara delante y un presentador al lado, y vemos que saramago, que lo hacía mucho mejor que nosotros, no podrá hacerlo nunca más. y es una pena, porque era una de las voces que necesitábamos escuchar, valiente sin necesidad de ir armada. pobres de nosotros. dentro de poco las voces díscolas que nos tocará escuchar serán las de lucía etxebarría o leire pajín. terror, amigos. el día que palme chomsky, habrá que encontrar alguien a quien poder escuchar sin temblar de vergüenza ajena. esperamos, suponemos, que alguien digno habrá por ahí. nosotros no nos distinguimos por ser los más rápidos en enterarse de algo, o los que conocen a más intelectuales, pero sí por tener la mano más rápida. esperemos que alguien con dos dedos de frente se haga cargo de criticarlo todo, porque nosotros no llegamos ni a medio.
