amigos, hoy es día de banderas y de mano en el pecho. de cada uno, amigos, no se hagan ilusiones. siempre pueden intentarlo, y en el peor de los casos tendrán una galleta más para el desayuno. miren que nos gusta el opio, verlo, disfrutarlo, amarlo, pero estas cosas multitudinarias dan más pereza que otra cosa. ya les comentamos nuestra impresión del macrofestival catalán. demasiada gente, como casi siempre, menos en los conciertos de clint. tal vez la solución sea salir con el pelo mechado, con camiseta nacional y dando patadas al balón. está claro que la música es lo de menos, así, en general. ¿a qué huelen las cosas que no huelen? ¿a quién le interesa la música? ¿y comprarla? no se preocupen, hoy no es día de hablar de crisis, ni de piratas, ni de descargas, sino de villa, torres e iniesta, que es lo que de verdad nos interesa. lo de la música es una excusa para follar, emborracharnos, drogarnos, tirar teles por las ventanas de los hoteles, que vengan los de asuntos internos a arrestarnos al avión y esas cosas rockeras. no nos extraña que el rock no sea cultura, porque es como el fútbol, entretenimiento, sudor y adrenalina, pero sin el balón. vamos a tener que comprobar si ese es el éxito del asunto. a lo mejor, amigos, por eso nirvana se hicieron tan grandes pateando sin piedad amplis y batería. vayan ustedes a saber. empezaremos a llevar botas de tacos, por si acaso.
