21.05.08 El Sol
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Fotografía: Jorge Obón
Los cuatro “harrys” de la música española se enfrentaron a su primer duelo instrumental de la temporada. El viernes iniciaron su gira de presentación de “Los tipos duros también bailan” en Madrid. Mucho buen ruido, muchos instrumentos y entretenimiento.
Viernes noche en medio de un Madrid jaleado por lo que implican sus fiestas locales. El público se concentra entre La Pradera de San Isidro y la Plaza de las Vistillas. Hay tanta gente en estos dos lugares que bien parece el Metro en hora punta. Conciertos gratuitos, barras en la calle y buen ambiente son sus reclamos.
A la vez que esto ocurre, en el otro extremo de la ciudad, los Clint, un cuarteto (cuatro es el número perfecto para viajar en coche) que toma prestado el nombre de pila del Sr. Eastwood para inventarse su rock instrumental peliculero que ellos comparan con “una hamaca que se balancea en los árboles del Edén”, intentan resistir “todavía y siempre al invasor”. Como si de irreductibles galos a lo Astérix Obélix se tratara.
El pasado viernes por la noche, en la Sala Sol de Madrid, comenzaba la mini gira de presentación de su segundo trabajo sin voz, “Los tipos duros también bailan”.
Si en conciertos anteriores se las prometían con tener a Wilco o Lou Reed de teloneros, esta vez prefirieron ir a pelo y salir ellos solos. Sin precalentamiento que valga. Esta vez no. Y así, sin más, como buenos hijos bastardos de la meca del cine, salieron con su pose y traje negro oficial. Las gafas de sol las dejaron para luego. Les vendrán mejor.
Poco amigos de los conciertos largos, los Clint fueron directos al grano y no se entretuvieron a la hora de presentar los temas de “Los tipos duros también bailan”. Si en el disco suenan a orquesta cinematográfica, en el directo nos encontramos con lo que son: un grupo de pop-rock. Las canciones suenan más frescas y los matices se hacen más palpables y evidentes.
Tuvimos tiempo para viajar al lejano oeste con “Rockanloza muerta” y su vena más “noise” y rock la sacaron con “Canción muy manipulada” y “El hombre que apuntaba a todo”. Acertaron con las luces que se montaron para “Ocaso final de Morris” y su faceta más CoCoRosie se la sacaron con una divertidísima interpretación de “Toma Quince Mil”.
(Lógicamente) No hubo karaokes. Ahí la única voz que hay y suena es la de Constantino Romero, el “Clint español”, anunciando las canciones. Pero si tuviéramos que elegir quién es la voz cantante del grupo, no hay duda. Sería Harry El Sucio. Con su ordenador y múltiples cacharros instrumentales, dirige, dispone, ejecuta y enriquece.
Finalizaron con una espectacular “Los testigos no descansan en domingo”; el tema que más alegrías...y dinero les ha dado; y con la que remataron su buena actuación.