amigos, nos enteramos tarde como siempre, de que rem se han separado. y nos sentimos bien. nos alegramos. es más, tenían que haberlo hecho hace mucho, cuando bill berry tuvo que dejarlo. suponemos que es difícil asumir que tu momento ha terminado, mucho peor cuando llegó y se mantuvo varios años. nos pasa a nosotros que somos unos tristes y no les llegamos ni al lomo de su peor disco. suponemos que nadie intentó convencerles de ello, o no quisieron escucharlo, o simplemente sintieron que podían permitirse despilfarrar un poco su carrera, que se lo habían ganado, lo tenían merecido, que era su obligación. era complicado ver a michael stipe haciendo el idiota en el escenario, bailando sin querer, por hacer algo, por rellenar unas canciones que necesitaban de aspavientos para entretener. la última vez que les vimos fue en un concierto privado para 40 en pachá de madrid. y salimos espantados, aterrorizados, con esa sensación vacía de que lo que habíamos visto años antes, ya con el bajón de monster, o su recuerdo, fue como haber visto a los rolling en el cavern. lo bueno que tiene la música es que todos estos desastres se perdonan nada más ponerte los discos de verdad, en los que las canciones te ponían los pelos de punta, las letras, aunque crípticas, rebosaban inconformismo, rebeldía y la energía que transmitía la música que las acompañaba. nosotros nos quedamos en el ya triste up, los siguientes nos daban sonrojo, vergüenza ajena, y, sobre todo, pena. pena, penita, pena. afortunadamente han decidido dejar de hacer el ridi, tarde hace mucho, pero nunca demasiado. lo bueno que tienen los grandes es que se les perdona casi todo, salvo las canciones malas. y casi casi han llegado a hacer las mismas que las buenas. por cierto, su unplugged de mtv fue un espectáculo, al nivel del de nirvana. algo para recordar.