summertime

amigos, un breve mensaje veraniego, demasiado veraniego. así, con la cartuchera al aire, el café helado y las ventanillas del coche bajadas mientras hacemos labores de seguimiento. hay días en los que ser inspector en misión especial es un suplicio. si por lo menos los coches de los setenta (mil novecientos) tuvieran aire acondicionado podríamos hasta disfrutar, pero así, a cuarenta grados, no hay quien vigile. se te mete el sudor en los ojos y no ves más que siluetas saladas. ya saben que uno tiene estilo, así que aquí estamos con todo el equipo: traje completo, camisa larga y corbata. esto es ser un tipo duro, y no liarse a hostias a la primera de cambio. eso es ser agresivo. y es que usamos la lengua (el lenguaje) bastante mal. aunque en este caso somos la suma de ambos adjetivos. ya por la noche, aquí en la bahía de san francisco sopla una brisa marina que no sólo te ayuda a descansar dignamente (ya saben que dormimos con traje y camisa viejos, por si hubiera visitas inesperadas), además, apetece salir a la terraza a componer unos temas. así, noche a noche, brisa a brisa, nos ha salido casi un disco entero. o por lo menos su esqueleto nocturno. habrá que esperar a que pasen los calores para saber si los temas aguantan el frescor o sólo son un affair veraniego. pero les dejamos, acabamos de limpiarnos el ojo y hemos visto salir al sospechoso. lleva una caja de ritmos y un ukelele. a la cárcel.