qué pena, amigos, qué pena, de entrenamientos desperdiciados en muñecos de papel. ya podía habérnoslo avisado el comisario y hubierámos hecho de palma de mallorca nuestro centro de tiro. o aquí al lado, en madrid, o casi en cualquier otro sitio. la gente se llena los bolsillos y las cajas fuertes sin ningún tipo de remordimientos. claro, por si les colocan, para poder pagar las fianzas. la lógica está siempre subestimada. lo que nos gustan los romanticismos. ya lo comentábamos hace poco. pero bueno, nosotros lo vemos todo en la tele con una bolsita de pipas, como si estuviéramos viendo un capítulo de patty hewes. qué tendrá la pantalla que lo convierte todo en entretenimiento, en horchata, en agua, en píldoras digeribles. si ésto lo lees, o si te lo cuentan, te hierve la sangre, pero, es verlo en la tele y hasta empatizas con el pobre joputa, hasta acabas creyendo que es inocente y que el abogado lo descubrirá en el último momento. y mientras tú estás con tus pipitas, disfrutando, ya se encargan otros de ir haciendo más capítulos, no vaya a ser que se acabe la temporada y nos dejen así, como en el final de la última de dexter. lo único que a estos guionistas alguien tendría que cortarles las manos y partirles la vida. que nos avisen a nosotros, que nos hacemos cargo.