¡pim pam pum!

para ser instrumentales no vean si hablamos. pero como ya habrán observado, hablamos por hablar. no comentamos las mejores jugadas, la plata de españa, el oro de españa, las "ayudas" zperas, ni siquiera qué películas nos han gustado últimamente, seguramente porque no vamos al cine. porque, aunque nos gusta el riesgo, como a harrys que somos, preferimos el riesgo físico al económico. ya se pasó la época de ir al cine a "probar" o a pasar el rato. desde luego, no al precio que está la entrada. y menos con la maravillosa posibilidad de que te toque al lado al típico comedor compulsivo de palomitas o los que cogen el móvil y se ponen a susurrar como si no molestaran. putos, sí que molestáis. molestáis más que una plaga de mosquitos africanos, molestáis más que aznar sonriendo, molestáis más que un disco de la habitación roja. es que es entrar a un cine y dan unas ganas de sentarse con la magnum en las rodillas, amartillada y lista para reventar sesos vacíos por doquier. y claro, para eso, mejor te quedas en casa con tus palomitas, tu móvil, tus risas, tus gritos, tus susurros y unas terribles ganas de hacer ¡pum!