ante todo disculpen la dejadez veraniega. para un verano que empieza a serlo hoy mismo, los clint hemos estado más vagos que juancar para el hombre de la peluca natural, la peluca vasca. la verdad es que lo que es parar, hemos parado poco. el oído no para, amigos, porque todo tiene que estar pulidito y en su sitio, algo que parece fácil, pero...
como todo tiene sus inconvenientes, uno se da cuenta de que hacer un disco se parece mucho mucho a hacer un hogar. para el cliente, según se va construyendo la cosa, la casa, se van viendo ese salón, esa cocina, ese cuarto de bañito... uno supone que el constructor ve un todo de azulejos, mortero, cables, ladrillo y arena. cuando vas acabando el disco, el que lo hace sólo ve capas de instrumentos, guitarras, bajos y baterías más que una canción. es ahí cuando te das cuenta de que la canción ha dejado de pertenecerte, no es tuya, es de cualquiera que sea capaz de ver ese saloncito, esa cocina, ese baño y los visite, los use y se quede a vivir en ellos.
a punto de acabar, quedan unos retoques, darle ese touch que lo haga algo digno de ser adquirido o de ser descargado, pero, sobre todo, disfrutado. para septiembre, cuando empiecen los chavales otro curso más, en pleno apogeo de depresiones post, esperamos tener el audio listo para ser prensado, diseñado, serigrafiado y empaquetado para que en algún mes posterior pueda ser usado de frisbi, de espanta palomas, de soporte para vicios caros o simplemente, como pasatiempo, que es en realidad su fin último. hasta entonces no les marearemos más con estas pajas seudo literarias que rellenan espacio. amigos, disfuten del verano que empieza, a pesar de estos deditos. besos y abrazos instrumentales a quienes corresponda.