ese tanned tin

la música, como el cine, la pintura, la literatura o la carpintería, es un continente vasto y general en el que caben nuestro querido bisbal y wolf eyes o faith no more en la misma línea. un festival de música es algo más concreto, pero puede suceder que en el mismo lugar toque motörhead o los mismísimos clint, que no son lo mismo aunque tengan verrugas. hay otros festivales, como el tanned tin, en el que el nivel de "coherencia" es tan prietecito como el culo de paulina rubio. en estos casos, la coherencia puede convertirse, a la primera de cambio, en un coñazo absolut. y qué quieren que les diga, una panda de cantautores, se llamen como se llamen, suele ser un tostón a la altura de "el hijo del acordeonista". que alguno sobresale, díganselo a m ward, no es difícil. amigos, ya saben que no les engañaríamos nunca, sobre todo si no hay dinero de por medio. que m ward iba a ser algo único no se le escapaba ni al más tonto, pero que lo demás iba a ser montones de semen y lágrima americanas sin ton ni son, eso no se lo esperaba ni el más listo. y es que había que ver a david grubbs, ese icono de chicago, illinois, tocar la guitarra como el que se pajea en tu cara. como ya dijimos una vez, el único que disfruta es el que se corre, pues eso. pero es que si ustedes llegan a ver a, digamos, his name is alive, les dan ganas de tirarse desde la platea encima de cualquiera de los tres que había en el escenario. y si ya, uno de los tres o cuatro grupos al completo -guitarras-bajo-batería-teclado-, entre los wilco y los bright eyes pero peor, levantan a la gente del teatro a mover la caderita, lo que alguien con un par de ojos se da cuenta es que, por un dios, gástense la pasta, por favor, y traigan a bandas de rock, no sólo al cantante, que todos necesitamos ese solito que nos ponga los pelos como escarpias, o ese bajo que te haga mover el piececito. o por lo menos traíganse a gente que toque y que tenga ganas de hacerlo. por lo menos, el no poder fumar ni beber ni gritar ni tocarse se llevara mejor. y que regalen pañuelos de papel con la entrada coño, que luego te tocan la fibrita y hay que sonarse en la felpa del asiento.